La verdad es que siendo un hombre blanco heterosexual lo más fácil sería decir que soy feminista porque apoyo la lucha de las mujeres, porque apoyo a las personas oprimidas, porque quiero que su felicidad sea equiparable a la nuestra. Pero no es del todo verdad.
Sí, también soy feminista por interés. Porque realmente me interesa. Se dice que a la gente joven hay que darle oportunidades porque tienen un potencial sin explorar, pero también porque necesitamos de su improvisación, de su capacidad de arriesgarse, de su creatividad por falta de vicio por la experiencia. E igualmente veo a diario muchas mujeres que no hacen lo que quieren porque de una manera u otra no pueden. Y si la sociedad les dejara, incluso les ayudara, a hacerlo realidad, ¿sería por igualdad? ¿Sería por humanidad? ¿O podría ser por interés? Porque está claro que existe desigualdad. Es obvio que todas las personas son igual de humanas nazcan como nazcan, nazcan donde nazcan. Pero, ¿qué pasa con esas abuelas a las que nadie les pidió opinión aun siendo el centro de las familias? ¿Qué pasa con esas empleadas que nadie tuvo en cuenta a la hora de promocionar, tuvieran o no ideas? ¿No estamos perdiendo una capacidad social tremenda?
Pero hay un pequeño inconveniente en dar a las mujeres la misma posición que a los hombres, que es lo que busca el feminismo. No hay que ser experto en economía para saber que el equilibrio de las partes con desigualdad sólo puede conseguirse al restar de un sitio si quieres sumar en otro. El feminismo no busca quitar nada a los hombres, sino dar a lo que por justicia, razón y ética siempre le ha correspondido a toda persona. Es el engaño del sistema creado durante siglos quien golpea a los hombres al quitarle lo que en realidad nunca tuvo derecho a poseer. Así que, al igual que pagamos impuestos para equilibrar la economía social y ayudar al crecimiento conjunto, ¿no deberíamos invertir parte de nuestros derechos para que mejorara la calidad de vida de todas las personas?
Pero claro, o lo hacemos todos o no funciona, como los impuestos, ¿no?. Porque generaría más desigualdad entre quieres actuemos en consecuencia respecto a quienes no. Por tanto, ¿por qué hacerlo? Alguien tendrá que dar el primer paso supongo. Y a mí realmente no me importa ser de esos que dan el paso sin buscar un resultado directo. Porque los hombres feministas no buscamos ninguna gratitud, de hecho ningún hombre debería esperarla al igualar su labor, su retribución o su recompensa al de ninguna mujer, pues es de las propias mujeres feministas todo mérito de que existan personas que busquen la mejora de las condiciones de otras sin más resultado directo que empeorar las suyas propias.
Toma ya, eres muy grande tío. Y la camiseta te ha quedado igualita, jeje. Gracias Euti, por más hombres como tú!
🙂