Y no me refiero al refresco precisamente. Hola, soy Euti y soy coleccionista. Pero puedo dejarlo cuando quiera, ¿vale?
Coleccionismo
Esto es algo que muy poca gente sabe de mí. No es que tenga una colección enorme, pero realmente la tengo cariño, y según pasa el tiempo va creciendo.
El hecho de coleccionar algo supongo que me salió como a cualquiera, llamado por la curiosidad de tener “más” de algo, y al final darte cuenta que tienes suficiente como para no querer desprenderte de ello. Ya puede llamarse coleccionismo cuando ves algo por ahí sobre lo que te gusta, y te lo compras sin necesitarlo. Ya he llegado al punto de no retorno.
CocaCola, la marca
Siempre me ha fascinado mucho como una marca, un producto, un objeto, puede promocionarse de tal manera que la gente sienta deseo por ello. Y con esto englobo cualquier cosa susceptible de ser coleccionada: bolsos, muñecas, revistas, botellas, discos…
CocaCola, en concreto, debe su éxito más a la enorme publicidad que desplegó a finales del s.XIX, y principios del s.XX. Incluso hoy en día es sorprendente la inversión en anuncios (TV, prensa, carteles en la calle…), en objetos de hostelería (desde servilletas y vasos, hasta carteles, bolígrafos, menús…), incluso en objetos simplemente coleccionables (que normalmente nacen como “regalos”).
Si a alguien le gusta la marca, o quiere informarse más sobre su historia, sobre todo la historia de su progreso gracias a la publicidad, os recomiendo el documental “An American Icon… The Coca-Cola Story”. (Si no conseguís encontrarlo, yo tengo una versión en DVDRip, mandarme un mail)
Mi colección
En un post de hace unos meses, hablé sobre un regalo que me hicieron por mi cumpleaños, un imán de nevera abrebotellas. Y no es el último en entrar en mi colección. Para haceros una idea de lo que realmente me gusta coger cosas raras, os enseño un par de fotos de mi último viaje a Praga y Budapest (el cuál, por cierto, todavía tengo mucho que poner, pero no saco rato):