Como decía, ya tenía ganas. Así que esta mediodía me he puesto al lío.
La preparación
No hay que ser un genio. Te bajas una imagen del disco que quieres instalar, lo grabas en un CD o un pendrive USB, y empieza la fiesta. Yo me bajé la versión de 64bits, por aquello del qué dirán, porque mi sistema no da para mucho. Pero bueno, en Ubuntu sé que tendré menos problemas que con WindowsXP de 64 bits. Así que me metí en la web de descarga, y seguí las instrucciones para crear un instalador desde un USB, como indica en la anterior web, desde aquí.
La instalación
Más sencillo imposible:
– Configuras la BIOS para que arranque desde el USB.
– Arrancas y dejas hacer.
– Seleccionas el modo de instalación.
– Seleccionas la configuración regional (idioma y teclado).
Y ya.
Tu Ubuntu listo, con Internet, visor de documentos y archivos multimedia, en apenas 45 minutos (recordemos que mi máquina no es un portento).
Instalación avanzada
Una cosa que me ha llamado la atención en esta versión que he probado, la 11.04, es que por fin han conseguido entender el concepto de “instalación avanzada” para usuarios normales. Me considero un buen profesional como administrador de sistemas, pero nunca me he especializado en el sistema de archivos y montaje de directorios de Linux. Hasta ahora, una de las cosas que más me ha tirado para atrás, era que o te instalaba como le diera la gana, o el modo manual era una locura. Ahora he visto tres simples opciones:
– Instalar Ubuntu junto a Windows XP/2000/NT,
– Sustituir Windows XP/2000/NT por Ubuntu, y
– Seleccionar el modo en que se instale. Y en este caso, te sale un pequeño administrador de discos, donde creas, editas o eliminas particiones, y donde simplemente tienes que elegir dónde instalarlo. Aquí me sorprendió que me solicitó crear manualmente una partición de intercambio (linux-swap), sin informarme del tamaño adecuado.
Primera impresión
Soy un hombre fácilmente impresionable, lo reconozco. Pero que tu sistema se instale a 1920×1080 (resolución nativa de tu pantalla), y que descargue las actualizaciones mientras se instala, son detalles que no se olvidan. Por lo demás, pelín mosqueado con que el sonido no se instalara directamente, y que no me reconoce por defecto la tarjeta nueva de TDT (la antigua sí, cosas de la vida).
De velocidad, un pelín más lento visualmente que WindowsXP, pero supongo que el no tener los drivers de la gráfica bien instalados afecta. De programas, archivos, e Internet, de perlas. En fin, esta tarde más 😀